VAR (Video Assistant Referee). Recapitulemos

“El error cero es imposible, la unificación absoluta de criterios es imposible, es lo que queda con el VAR, no esperéis otra cosa”. (Carlos Velasco Carballo, presidente del CTA).

El sistema consiste en una serie de cámaras cuyas imágenes son evaluadas en una habitación con monitores por parte de árbitros FIFA que determinan la decisión a tomar por parte del colegiado principal de un encuentro. Se utiliza en distintas situaciones: 1. GOL, revisándose potenciales situaciones de infracción a las leyes del juego como “fueras de lugar”; “faltas”; “manos”; u otras faltas. 2. PENALTI, analizando decisiones en el área o cerca de ella que pudieran constituir en pena máxima para sancionarlas de manera correcta. 3. TARJETA ROJA DIRECTA, vigilando si la expulsión de un futbolista fue correcta o no. 4. IDENTIDAD DE JUGADORES, para evitar que una tarjeta fuera exhibida a un jugador equivocado.

Con fecha 10 de diciembre de 2020, Carlos Velasco Carballo, como presidente del Comité Técnico de Árbitros hizo un resumen del primer tercio de temporada del VAR en conferencia de prensa telemática. Admitió 199 errores en partidos de este tramo, elevando el “índice de acierto un 7,23% hasta situarlo en un 98,48%”. Asegurando: “Ha habido consistencia en la sanción de las manos y menos penaltis indicados por contactos ligeros”. Poniendo el acento: “Nuestra filosofía es que preferimos, en caso de duda, no intervenir, a sabiendas que haya algún error sin subsanar”.

Los árbitros señalan que “No hay campaña mediática contra el VAR, hay campaña de adaptación al VAR. La verdad es que hay cierta confusión. Hicimos un esfuerzo de comunicación muy grande. El VAR es el cambio más importante en la historia del fútbol. Es muy serio. ¿Cómo podemos pedir que futbolistas, entrenadores, árbitros y todos se adapten a un cambio tan brutal como el que están viviendo todos?”.

Velasco Carballo aseguró en diciembre 2020 que “se llevan realizadas 52 intervenciones de VAR de las cuales 51 se consideran correctas”. (…) “Se han pitado 263 penaltis en este primer tercio de temporada. Solo se ha cometido un error en cuatro de ellos”. (…) “El objetivo es que el VAR intervenga menos porque eso significará que se reducen los errores de campo… “El árbitro va al monitor cuando le llama el VAR y este le llama cuando piensa que es un error claro y manifiesto”. Todavía es un contrasentido celebrar el gol después de cuatro minutos que la jugada acabó; o viceversa. Un exceso que enfría todo tipo de relaciones”.

En algún otro momento se han dejado decir: “Antes se criticaba que no hablábamos. Ahora sí. Ofrecemos sesiones para enseñar el VAR”. (…) “Hemos detectado que había algunos conceptos no totalmente consolidados en equipos y medios de comunicación. El árbitro nunca pide el VAR. Nunca. Tiene obligación de actuar como si no existiera”. Sin embargo, sigue habiendo “negacionistas” que no tratan de aportar aspectos positivos en su aplicación. A principios de marzo 2021 hubo otra revisión estadística y las explicaciones aportadas no acaban de satisfacer a todas las partes, aunque se concluye: “El fútbol es más justo ahora”.

Decía Franco Costanzo, futbolista argentino, “Los árbitros a los que se denomina estrictos, no son buenos. Un árbitro que influye tanto en el resultado del partido no puede ser bueno”. Personalmente, a mí me parece una excelente herramienta con la que hemos querido abarcar demasiados aspectos “de duda”. Y lo vengo pregonando hace tiempo, tampoco veo rectificaciones al respecto, hemos caído en el error de querer “rearbitrar” demasiadas acciones del partido. No me parece de recibo que en vez de centrar el VAR en un hecho concreto nos queramos remitir a dos o más jugadas anteriores y a demasiados metros de distancia de la acción que se pretende dilucidar en ese momento.

Por otra parte, también se está descubriendo la actitud de ciertos “árbitros burocratizados” que todo lo ceden a las decisiones tecnológicas como aquellos funcionarios “bienmandados” que siempre tienen en la boca aquello de “A mí es lo que me han dicho”; o la otra “Hice lo que mandaba la circular”. Y ese tipo de “autómatas arbitrales” sobran en el fútbol. Yo sigo insistiendo: ¡Que arbitre el árbitro!