Torres, el secreto es la confianza

Ni en sus sueños más bonitos Fernando Torres hubiera podido imaginar una manera más legendaria para acabar con las críticas que muchos le han dedicado desde el principio de esta temporada. Marcar dos goles en el Bernabéu, apeando al Real Madrid de la carrera por ganar la Copa del Rey, es algo más que callar bocas. Es humillar a quien dudó de su potencial.

No se puede negar: el periplo del Niño en Milán fue un fracaso. Diez partidos con los rossoneri con un gol marcado, ante el Empoli. Una situación complicada debida también al hecho que, con Inzaghi, Torres nunca se sintió apreciado del todo. Solo jugó 589 minutos, una media de 58 en cada partido. El dualismo con Menéz creó una falta de confianza que el español no se esperaba en su nuevo equipo.

No puede ser casualidad que Torres demuestre su mejor cara siempre cuando vive un entorno que confía totalmente en su potencial: muchos se olvidan que su mejor temporada en el Chelsea fue la del 2012/13, cuando con Rafa Benítez, que conoce perfectamente su fuerza, fue capaz de anotar 23 tantos en 64 partidos. Un dato que se confirmó una vez más.

La navideña y romántica vuelta a casa del Niño no podía tener comienzo más bonito y mostró el nivel de un jugador maravilloso que en su carrera lo ganó todo. Ahora, con Simeone y el empuje de la afición que más le ama en este mundo, el objetivo es volver a hacer historia. Y en el Bernabéu, eso le quedó claro a todo el mundo.