Punto final

No hay vuelta de hoja, el Barça que maravilló durante las últimas temporadas en el fútbol mundial ya es historia. La tendencia negativa de los últimos meses, el declive lento, dibujan un panorama desalentador. A fin de cuentas que el destino le diera una nueva oportunidad al equipo de conquistar el título de Liga podría llegar a sonar a premio excesivo. Gerardo Martino se marcha como ya había anunciado y tomará el relevo Luis Enrique, con muchas incógnitas por despejar. El grupo precisa de cirugía mayor, como ya reconoció pocos minutos después del partido ante el Atlético Javier Mascherano. ¿Será Zubizarreta la persona indicada para ello? ¿Tendrá la autonomía necesaria o seguirá siendo una figura secundaria al servicio de los dirigentes? ¿Qué grado de decisión tendrá Luis Enrique a la hora de construir la plantilla?

Cuatro o cinco titulares habituales podrían abandonar la institución. Alves, Mascherano, Alexis Sánchez, tal vez Pedro y Cesc Fábregas siempre que Xavi no decida afrontar una nueva aventura lejos del Camp Nou (algo muy improbable) tendrán nuevos destinos, como otra media docena, al menos, de jugadores que han contado con menos minutos en la campaña apenas concluida. Afrontar este trabajo de reconstrucción debería ser tarea para un director deportivo con muchas sesiones de mercado a sus espaldas. Y Zubizarreta no lo es, ha estado marginado por los dirigentes en las grandes decisiones.

Messi también será un protagonista vital del futuro del Barcelona. El jugador que maravilló en las últimas temporadas, que podía decidir cualquier partido en un minuto, con medio metro de espacio, se marchó hace tiempo. ¿Para volver? Sus prestaciones han sido indignas, impropias de un futbolista siquiera de nivel medio. Dos factores podrían haber incidido en el plano psicológico, al margen de los achaques físicos: la proximidad del Mundial y el conflicto con la Agencia Tributaria. Liquidar (legítimamente, en respeto a las directrices que emanan de los Tribunales) el equivalente a dos años de trabajo para regularizar su situación no debe ser plato de gusto para nadie. Que tenga la fortaleza mental (la respuesta es obvia) o no para que estos hechos no afecten al rendimiento es otro asunto.

Olvídense los visionarios, los autodenominados expertos del mercado y las finanzas, de un traspaso de Messi. Los únicos clubes con capacidad teórica para liquidar la cláusula de rescisión del futbolista, PSG y Manchester United, no pueden hacer desembolsos importantes al haber incumplido las normas del Fair Play Financiero. Por tanto, no hay debate. Sólo la esperanza de que el Messi de las anteriores temporadas regrese con la motivación plena, absolutamente recuperado, después del verano.