Nápoles sufre, pero Rafa es su garantía. Berlusconi ya ganó su Mundial

El choque con el Athletic regaló al Nápoles una semana de polémicas y miedos. Los azzurri empezaron mal el partido y solo el gol de Higuaín supo despertar al equipo, que concluyó el enfrentamiento atacando sin conseguir un 2-1 que habría sido merecido. Habrá que ganarse la vida en el nuevo San Mamés, un hito que no será nada sencillo.

Los tifosi napolitanos están preocupados: el club llegó a jugarse la Champions con un once inesperado (Britos y Gargano, dos jugadores hace unas semanas seguros de irse, titulares) y ahora perder la posibilidad de jugar para la Orejona podría ser un golpe difícil de aceptar. El ansiado mediocampista llegó (De Guzman es un buen fichaje) pero el adiós de Behrami y él, casi seguro, de Dzemaili deberían suponer otra incorporación de nivel, que al parecer no podrá ser Marouane Fellaini.

Es muy probable que la lesión del belga obligue a los partenopei a cambiar de objetivo (se habla otra vez de Sandro) pero mucho dependerá de lo que ocurra el próximo miércoles en Bilbao. Participar en la Champions cambiaría mucho, tanto a nivel técnico (se necesitarían recambios de calidad) como económico. Lo que duele, en Nápoles, es que habrá que esperar a las últimas horas del mercado para arreglar el asunto medular, una prioridad desde hace tres meses. Pero también es verdad que entre los hinchas azzurri hay demasiada depresión. Rafa sabe lo que hace.

"¿Italia? No, el Mundial lo perdí yo. Estaba a punto de vender a Balotelli por varios millones. ¿Ahora quien lo querrá comprar?". La frase que al principio de julio fue atribuida a Silvio Berlusconi parece haber vaticinado un nuevo éxito del presidente del Milán. Ganar 20 millones vendiendo a Mario Balotelli (el mismo dinero invertido hace un año y medio por sus servicios) al Liverpool, en este momento de su carrera, representa una victoria del conjunto milanés.

Supermario no lo hizo mal con los rossoneri: 30 goles en 54 partidos no son pocos. Pero, hay que admitirlo, en la temporada pasada se notaron todos los límites del delantero que muchas veces fue señalado entre los peores del equipo. El Mundial de Brasil empeoró la situación: tras el buen comienzo con Inglaterra Mario desapareció (junto con casi todos sus compañeros) y las polémicas que cerraron la breve aventura mundialista italiana no le ayudaron. Nadie duda de su talento, pero si había un momento complicado para ganar dinero con la venta de Balotelli era este.

Galliani y Berlusconi concluyeron con éxito una operación que hace felices a todos: el Milán podrá invertir este dinero para reforzarse y Balotelli tendrá otra oportunidad en la Premier. El Liverpool supo sacar lo mejor de otro 'bad boy' como Luis Suarez: toda Italia espera que sea capaz de convertir Balotelli en la estrella mundial que su talento merece. Ya llegó la hora de hacerlo, Mario.