La soledad de Cristiano

Cristiano pasa por un mal momento tanto en el terreno personal como profesional. El portugués se siente solo, considera que la prensa ha puesto en su contra a la afición. Los pitos del Bernabéu son el reflejo de lo que el luso cree una injusticia. Anímicamente está tocado. Sus problemas sentimentales, la traición de Kevin Roldán, su 'mala racha' de cara a portería, los resultados del equipo... nada ayuda a que Cristiano logre superar un bache que comienza a convertirse en un gran problema para el Real Madrid.

Los gestos no son para la afición. Cristiano se exige más que nadie y está atrapado en una espiral de la que no consigue salir. No se puede dudar de su profesionalidad ni de su motivación sobre el terreno de juego. Incluso cuando no está acertado, tira del carro. No se esconde, siempre da la cara. Precisamente por eso muchas veces se la parten. Ser valiente y sincero está penado en un mundo plagado de hipocresía.

La soledad de Cristiano muestra la cara más humana de un extraterrestre, de un jugador de otro planeta pero que al fin y al cabo es de carne y hueso. El luso no confía en nadie. Su silencio es buena prueba de ello. Pero Cristiano debe recapacitar, es el líder del Real Madrid dentro y fuera del campo. Debe hablar, no puede cometer los mismos errores de Casillas. Cristiano no necesita portavoces, es hora de que se levante y mire a los problemas de frente.

El Camp Nou es el territorio ideal para demostrar que sigue siendo el mejor del mundo. El Madrid espera que su estrella ilumine el camino a un nuevo título. Cristiano debe recapacitar y darse cuenta de que no está solo, la afición sigue a su lado. Esto apenas es una nueva piedra en el camino de un hombre hecho a sí mismo, de un luchador incansable. En definitiva, de un ganador nato.