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¿Por qué David Neres tiene siempre los ojos entrecerrados? ¿Es una enfermedad? También la tiene Huijsen

de Giacomo Iacobellis

¿Por qué David Neres da a menudo la sensación de tener los ojos entrecerrados, incluso cuando celebra un gol? La idea de una mirada cansada o de una pose deliberadamente distante no tiene nada que ver. El extremo del SSC Napoli, uno de los más destacados en este inicio de temporada y presente también en la última victoria ante el Cremonese, convive desde siempre con una ptosis palpebral, una condición congénita que provoca el descenso del párpado superior. Un rasgo físico evidente que a menudo se interpreta mal y que no guarda relación alguna con su estado físico ni con la intensidad que imprime en los partidos.

Desde el punto de vista clínico, la ptosis se debe a un funcionamiento incompleto del músculo que eleva el párpado. Cuando este no llega a cubrir la pupila —el caso de Neres—, la capacidad visual es completamente normal. No hay limitaciones funcionales ni repercusiones para la práctica deportiva, incluso al máximo nivel. Con el tiempo, el propio cuerpo compensa con pequeños ajustes: una ligera inclinación de la cabeza, el mentón un poco más alto… recursos automáticos que no comprometen en absoluto su visión de juego.

La pregunta más recurrente es siempre la misma: ¿ve bien o no? La respuesta es simple y rotunda: sí. Neres percibe espacios, movimientos y trayectorias sin dificultad. Y no es una excepción en el fútbol actual. También Dean Huijsen, con pasado en AS Roma y Juventus y hoy en el Real Madrid, tiene la misma condición congénita. La confirmación de que hablamos de una singularidad física, no de un límite técnico ni de rendimiento.


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