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Nikolic, el técnico del AEK que ayer tumbó a la ACF Fiorentina: "Algún día me veo en la Serie A"

de Dimitri Conti

Marko Nikolic dirige hoy al AEK Atenas, que anoche ganó 0-1 en el campo de la Fiorentina en la Conference League, pero en su currículum acumula un sinfín de experiencias exitosas entre su Serbia, Rusia (donde trabajó en Moscú tanto en el CSKA como en el Lokomotiv), Hungría y Emiratos Árabes. Ahora se siente preparado para Italia, como él mismo cuenta en una amplia entrevista exclusiva con Tuttomercatoweb.com al hilo de ese Fiorentina-AEK: "Empecé a entrenar en la cantera cuando apenas pasaba de los 20; con 29 ya estaba al mando de un primer equipo, el Rad. En aquel momento era un caso único, no solo en mi país. Las cosas salieron bien desde el principio: firmamos una gran temporada, promoviendo muchos talentos jóvenes que luego se vendieron a grandes clubes europeos. Algunos llegaron a Italia, como Tomovic. Solo guardo buenos recuerdos de mi primer club. El dueño me contrató cuando eran colistas y me preguntó si estaba listo para aceptar el reto. Batimos un montón de récords".

Después llegó el Partizán, la primera gran aventura en los banquillos.
"El mejor periodo de mi vida. Es mi ciudad, dirigía a un club que amo, rodeado de amigos y familiares. Hicimos el doblete y encadenamos una racha increíble de 37 partidos seguidos sin perder. El estadio siempre a rebosar, mucha felicidad. Fantástico, grandes emociones y celebraciones en Belgrado: recuerdos que guardaré para toda la vida".

¿Cuál es su secreto para ganar en todas partes?
"También en Hungría conseguí títulos, con el Videoton, y en Europa firmamos un gran recorrido. Fíjense: fuimos el único equipo que salió invicto ante el Chelsea de Sarri en aquella Europa League que terminaron ganando. Y luego, en Moscú, con el Lokomotiv, que era un equipo muy serio, con jugadores de nivel internacional. Ganamos en la Champions al Bayern Múnich y al Atlético de Madrid, y en la Europa League también derrotamos a la Lazio. Acabamos la temporada segundos, por detrás del Zenit, pero con la copa. De ahí me fui al Shabab Al Ahli, que en Emiratos es como si en Europa entrenaras al Real Madrid o a la Juventus. Una gran experiencia, algo completamente diferente a lo que estaba acostumbrado, pero con muchos jóvenes a los que hacer crecer. Ahora allí también empiezan a apostar por fichajes de futbolistas jóvenes, sobre todo de Sudamérica. ¿El secreto? Para mí es la pasión por el fútbol y por lo que hago: amo entrenar, desde el primer día, desde que estudiaba en Serbia. A menudo hablo con técnicos jóvenes y me hacen preguntas así; yo les digo simplemente que se entreguen al 100% al trabajo, y para mí no es difícil. La gente habla de presión, pero si no la sientes, siempre digo, no estás en una buena plaza, sino en una de las que no le importan a nadie. En el Partizán teníamos que pelear con la Estrella Roja, había que ganar siempre: ese es mi ecosistema, y seguramente gracias a eso he crecido. Sobre todo en mentalidad".

¿Cómo llega a Atenas? ¿Y cómo se está encontrando?
"El año pasado estaba en el CSKA Moscú, un gigante de Rusia, pero sin poder disputar competiciones europeas. Una de las claves del AEK fue el proyecto: en Atenas hay una nueva propiedad, un estadio nuevo y también un director deportivo nuevo, Javier Ribalta, que trabajó muchos años en Italia. Él me quería y es un buen momento para estar aquí: estamos al inicio de un proyecto a largo plazo para crecer".

¿Es cierto que Ribalta le quería en el Parma?
"Hubo rumores, algún que otro comentario; es verdad que tenemos una relación fantástica. Pero nunca forzó para llevarme a toda costa a ningún sitio: fue algo que se dio cuando se tenía que dar. Y ojalá la colaboración siga en el futuro. ¿Parma? Probablemente sí, lo valoraron cuando yo estaba saliendo del Lokomotiv Moscú".

En la plantilla tenéis muchos ex Serie A y varios futbolistas con mucha mili. ¿Es estrategia?
"Estamos cambiando de traje. Me encontré un equipo veterano, con una media de edad muy alta. Para nosotros esta es una temporada de transición y renovación; hace falta tiempo. Hemos empezado a incorporar jugadores algo más jóvenes de lo que venía siendo habitual en el AEK, aunque aún no tan jóvenes como me gustaría. Para mí el fútbol no va de edad ni de nacionalidad, sino de calidad. Puedes tener 17 o 37: si rindes, estás dentro. Pero sí buscamos un equipo más físico y dinámico, por eso un poco más joven".

¿Jovic fue una petición suya?
"Sí, y no porque sea serbio como yo, sino por pura calidad. Hablé con él y le dije: toda tu carrera has sido 'el joven Luka'; ahora toca asumir un papel grande, un rol principal en el equipo. Puede ser protagonista y crecer, también como persona. Quiero que el equipo dependa de sus prestaciones, que sienta la responsabilidad en los hombros de jugar cada partido para el equipo, como líder. Creo que lo lograremos: es un chico excelente, hasta hoy le ha faltado la oportunidad de ser el elemento principal".

¿Se ve entrenando en la Serie A en el futuro?
"Aún hablo algo de italiano; lo estudié cuatro años de joven y podría retomarlo para comunicarme bien en pocos meses. Y debo decir que la cultura italiana influyó mucho en mi juventud: veía 'La Domenica Sportiva' y todo el fútbol que llegaba de Italia, además del inglés. ¿Por qué no...? Si miro a las cinco grandes ligas, arriba de mi lista están Italia, Inglaterra y España. Son países donde mi estilo como entrenador puede encajar mejor. Lo digo tras enfrentar varias veces a equipos de esas naciones. Estoy seguro de lo que puedo hacer y de mis capacidades: en la última década he trabajado en grandes clubes y ganar títulos siempre es mi reto. Lo importante es tener un proyecto: no se trata solo de aterrizar en Italia; hace falta el traje adecuado para encajar y, si puede ser, estabilizarse en un trabajo a largo plazo. Y que sea exitoso: para mí no es solo entrenar, mi mensaje es que quiero tener éxito. Esa es mi historia".

¿Le sorprenden las dificultades de la Selección italiana?
"No, porque los tiempos cambian. He hablado con amigos que conocen bien el fútbol italiano, además de los muchos que ya tengo en mi vestuario, y leí hace poco un artículo sobre Coverciano, sobre el ambiente en la concentración. Con todos los respetos, Italia no puede temer a Irlanda del Norte, Bosnia o Gales: es una cuestión mental. La Selección italiana es suficientemente buena; al fútbol mundial le falta la Azzurra".

En el Partizán dio la alternativa a Milenkovic como titular, y a Vlahovic.
"Mi predecesor, Tomic, empezó a darle minutos a Milenkovic; luego llegué yo y con el chico hicimos una temporada magnífica. Milenkovic fue fijo en el once todo el año y hasta marcó el gol decisivo para ganar la final de copa contra la Estrella Roja: nos fuimos los dos como campeones (con el doblete nacional). Sigo en contacto con Nikola: se ha convertido en un gran jugador y estoy orgulloso de él; es una pieza clave para Serbia y en la Premier League. Todo merecido: salió de la nada, no estaba en el centro del proyecto de desarrollo del Partizán. Y aquel año también tenía a Dusan Vlahovic, todavía un crío. Recuerdo que unos meses antes del final de la temporada ya había firmado por la Fiorentina y esperaban a que cumpliera 18 para enviarlo allí. El club decidió protegerle de lesiones porque el acuerdo ya estaba cerrado. En los entrenamientos lo ponía con el filial, dándole cada vez un rol distinto, el que nos faltaba en ese momento. Siempre era el mejor. Recuerdo que pedí al club dejarle jugar al menos cinco o seis partidos en la temporada... Me alegro mucho de haberle tenido: es un trabajador enorme, con talento".

¿Qué le aconsejaría, vistas las polémicas en la Juventus que a menudo giran más en torno a su contrato que a él?
"No lo sé; no me corresponde comentar lo que le está pasando. Pero yo le veo en el campo, también hoy, pese a lo que diga la gente, y aún le veo ese hambre de siempre. Eso es lo más importante".

En Moscú tuvo la ocasión de trabajar con una leyenda como Akinfeev.
"Con él tuve una relación increíble; aún hablamos cada semana. Igor es de esos futbolistas que puedes poner al lado de los Maldini, Gerrard o Totti. No hay muchos que hayan jugado toda la vida en un solo club. En Rusia ganó ligas, copas nacionales, una Europa League... Akinfeev pertenece a ese grupo de jugadores que en el fútbol cada vez cuesta más encontrar. Líderes natos, campeones; un privilegio haber trabajado con él. Le tengo un respeto enorme, no puedo ni explicar cuánto: gigante en el campo y humildísimo fuera, por cómo habla y respeta a todos. Eso es la vieja escuela".

¿Sabía que Pjanic ha decidido dejar el fútbol? ¿Cómo fue vuestro tiempo juntos en el CSKA?
"Yo le quise personalmente en Rusia; aún estaba en gran forma. Una persona top, además de futbolista: en Moscú era mi brazo derecho en el campo, tuvo un papel fundamental. Un poco como Modric en el AC Milan de hoy. Si algún día quisiera, le recibiría encantado en mi staff".

Nikolic, para terminar: ¿tiene un modelo, un referente como entrenador?
"No, la verdad es que nunca lo he tenido. Pero, habiéndome enfrentado a muchos técnicos de gran nivel, siempre he intentado robarles algún detalle. No es copiar y pegar: así crece el fútbol. Soy de mente abierta; atiendo a muchos aspectos prácticos del día a día y adapto a mis equipos a los rivales y a los cambios del juego. Recuerdo que al inicio de mi camino tenía a una sola persona en el staff; hoy estoy rodeado de especialistas preparados para cuidar cada detalle. Y miro sobre todo al plano psicológico: si en lo físico y lo técnico estamos prácticamente al máximo, ese es todavía un terreno por explorar en el fútbol".

Un Marko Nikolic decidido, el que se ha confesado en TMW, un técnico listo para llevar alto al AEK y, quizá algún día, para desembarcar en la Serie A.


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