Mazzarri: "Fui el único en estar cuatro años en el SSC Napoli con De Laurentiis. ¿Excusas? Defendía a mis jugadores"
Walter Mazzarri ha vuelto a hablar tras su experiencia en el banquillo en Italia de hace dos años, y lo ha hecho en una larga entrevista en los canales de La Gazzetta dello Sport: "Creo que fui el único en el SSC Napoli que estuvo 4 años con De Laurentiis. Sarri se quedó 3 años y hasta quien ganó el Scudetto duró menos que yo".
¿Qué les responde a quienes dicen que se inventaba demasiadas excusas?
"Yo pienso en defender siempre a mis jugadores; quizá usaba alguna excusa para que no les cargaran las tintas. En cambio, hoy veo entrenadores que señalan a sus futbolistas públicamente. A mí no me interesa quedar bien: siempre tenía que proteger a mi equipo. Mi gesto del reloj se volvió icónico. Quería recuperar el tiempo o quería el silbatazo final porque íbamos ganando. Nosotros jugábamos bien y, para sacar resultado contra nosotros, se inventaban de todo. Ese gesto ahora está inmortalizado en el Maradona. Será un meme y, en ese sentido, hasta me hace gracia".
¿Era usted un técnico defensivo, como se decía?
"Todos siempre hicieron un gran número de goles bajo mi gestión. Rolando Bianchi, tras su etapa en la Reggina conmigo, fichó por el Manchester City. Todos los delanteros rindieron de maravilla conmigo, por algo será. En la vida mandan los hechos; a alguno Mazzarri le caerá mal, pero los números hablan claro. Lo demuestra también aquel SSC Napoli de los tres tenores. Para empezar, hay que tener la suerte de contar con futbolistas adecuados para tu idea. La gran virtud de Lavezzi era el uno contra uno; por eso tenía que partir abierto por la izquierda. Si lo hubiera colocado por dentro no habría sido tan efectivo. En cuanto lo conocí lo entendí y traté de potenciar sus cualidades. El Pocho era explosivo, fortísimo en corto, pero al final de la acción le costaba recuperar. Ahí entraba Hamsik: inteligente, completo y con gran zancada, se hundía para formar ese 3-5-2 'torcido', como lo defino yo. A Lavezzi, Cavani y Hamsik tuve la suerte de entrenarlos cuando aún no eran campeones, eran chavales muy jóvenes. Los tres tenores se hicieron tales a partir del segundo año".
Cuéntenos una curiosidad.
"Cuando regresé al SSC Napoli intenté hacer algo parecido a lo que hacía con Lavezzi con Kvaratskhelia. Pero el interior que tenía no tenía las características idóneas para el tipo de recorrido que le pedía, así que optamos por algo distinto".
¿Qué hizo para potenciar a Lavezzi?
"Conmigo se convirtió en un atleta porque le hice bajar de peso. Cuando firmé con el SSC Napoli se rumoreaba que podía salir; me impuse para que se quedara en el club porque sabía que sería lo que luego vimos. Hamsik se quedó en el SSC Napoli porque estaba enamorado de la ciudad, pero tenía ofertas importantes incluso de la Juventus. Al principio me dijeron que con el Pocho era complicado; entonces estaba Quagliarella y no Cavani. Lavezzi no pensaba en la fase defensiva y si te defiendes con uno menos cambia todo. Le dije que mejorara la condición física y que, cuando acabara la jugada tras cinco o seis regates, tenía que volver y ponerse por delante del lateral. Le obligaba a replegar, tenía que recordárselo siempre y él me lo pedía porque decía que se le olvidaba. Con él tuve una gran relación".
¿Cómo fue entrenar a Cavani?
"Me decían que tenía una fuerza increíble, pero era precipitado y fallaba mucho de cara a puerta. Después del entrenamiento me quedaba con él y siempre le repetía: 'mira el balón, frena y arma el disparo delante del portero'. Si miras a Maradona, cuando chuta, él frena y mira el balón porque ya sabe dónde está la portería. Desde que Cavani empezó a hacerlo se convirtió en un goleador letal, marcaba por todas partes. Lo quise yo porque, cuando estaba en la UC Sampdoria, nos enfrentamos al Palermo FC y él era capaz de presionar a todos él solo. Me quedó grabado: tenía una zancada brutal y se movía muchísimo. Marcaba poco y no convencía a todos. Le dije a Bigon que lo fichara, y lo mismo al presidente, porque queríamos dar un paso más después del sexto puesto. Cavani llega al SSC Napoli porque lo pedí yo; ellos habían pensado en otro que, para mí, en la Serie A no habría pasado de cuarto delantero".
¿Su ranking de mayores satisfacciones?
"¿El mayor éxito: la Copa de Italia con el SSC Napoli, el récord de puntos con el Torino FC, la salvación con la Reggina o el ascenso a la Serie A con el AS Livorno? La repercusión de la plaza de Nápoles es enorme, te ve todo el mundo. Batimos a la Juventus y aquella victoria fue la apoteosis. Pero en Reggio fue como ganar un Scudetto, con 70.000 personas en la calle por aquella permanencia. Pienso también en la UC Sampdoria y en el AS Livorno, mi casa. Satisfacciones ha habido muchas, y de todo tipo".
¿Cuál es el mejor jugador que ha entrenado?
"En el libro dedico un capítulo a Hamsik porque era el más completo. Pero pienso también en Cavani, Lavezzi, Lucarelli y Pazzini. Muchos chicos que me tienen cariño y a los que doy las gracias. Marek era un cerebro en el campo, ejecutaba al instante".
¿Y el más infravalorado?
"Campagnaro. Ahora se habla mucho del central exterior, pero nosotros ya estábamos evolucionados porque Campagnaro aportaba superioridad numérica en fase ofensiva. Hoy se habla mucho de ello, pero nosotros ya lo hacíamos hace años".
¿Guardiola quiso aprender de usted?
"En mis años, el SSC Napoli hacía un fútbol sencillo y bonito, que ahora muchos, como Gasperini, han replicado. Los equipos que jugaban con línea de cuatro sufrían. Por eso Guardiola, que estudia muchísimo y es de los más grandes de siempre, nos invitó al Trofeo Joan Gamper para estudiar nuestro método de cerca. Al final del partido tomamos una copa en su despacho y hablamos, porque estaba muy intrigado".