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La Lazio, cero minutos y un recibimiento que no estuvo a la altura de una leyenda: el regreso a casa de Immobile

de Lorenzo Beccarisi

“Nadie puede impedir a un pueblo rendir homenaje a su historia”. Con esa pancarta se abrió el regreso a casa de Ciro Immobile, de nuevo en el Olímpico celeste un año y medio después de su adiós a la Lazio. Un regreso sin alfombra roja, sin celebraciones y sin una verdadera ceremonia dedicada a quien escribió parte de la historia del club.

Cuando los dos equipos saltaron al césped para el calentamiento, Immobile se acercó a la Curva Nord, recibido por el rugido del Olímpico; algunas fotos a pie de grada y, acto seguido, al rondo con el resto de los suplentes del Bologna. Un banquillo en el que se quedaría los 90 minutos, posponiendo así su reaparición en la Serie A, ausente desde la lesión en la primera jornada. Un saludo a la Curva Maestrelli y poco más, mientras en los videomarcadores se recordaba primero a Nicola Pietrangeli y luego a Sinisa Mihajlovic.

Lazio, la ausencia del club en la entrega de la camiseta a Immobile

Vídeo que no hubo para Immobile, homenajeado con una camiseta enmarcada que le entregó sobre el césped el capitán Zaccagni. Ningún representante del club junto a quien fue una leyenda de este equipo. “No tengo palabras. Eternamente agradecido. Para siempre en mi corazón”, escribió Immobile en sus redes tras el partido, publicando una foto bajo la Curva Nord y agradeciendo así a la afición la extraordinaria acogida recibida. El partido dejó pocas sonrisas a Immobile, que se quedó en el banquillo viendo un empate que sirve de poco a ambos. La Lazio desperdicia la opción de ponerse a tres del quinto puesto, lamentando las numerosas ocasiones falladas en la primera parte y las grandes intervenciones de Ravaglia tras el descanso. Pero anoche el balón importaba poco: era la noche del regreso a casa de una leyenda que quizá merecía otro recibimiento.


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