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La ACF Fiorentina ya no está ante su última oportunidad, pero la cita con el Parma Calcio es casi decisiva

de Andrea Losapio

Lo que está claro es que la victoria ante el Udinese Calcio, por 5-1, ha devuelto algo de moral a Florencia. Después de meses de tropiezos y empates insípidos, el equipo firmó por fin un duelo vibrante, con un Gudmundsson enorme, Kean por fin viendo puerta —aunque le costó— y, en general, una actuación muy interesante de todos, con Parisi erigiéndose en protagonista. Quizá todo se explique por el sistema; probablemente, tras los primeros cinco minutos de susto (con los friulanos rondando el área rival), algo se desbloqueó, sobre todo gracias a la expulsión de Okoye, que dejó a los suyos con diez durante más de 70 minutos.

Difícil saber si lo peor ya ha pasado, pero lo de ante el Udinese Calcio era una última bala. Con el Parma Calcio —que tiene un partido menos, el aplazado ante el SSC Napoli— quizá no sea imprescindible, pero sí casi decisivo. Porque el conjunto parmesano sería cuarto por la cola; acercarse a dos puntos podría ser el paso perfecto para retomar las riendas de la temporada. Un empate sabría a vaso medio lleno; una derrota, casi una tragedia.

En definitiva, hay tensión y es comprensible. Sin embargo, las últimas decisiones —habrá que ver de quién—, incluida la de apostar por Fabio Paratici, invitan a mirar con algo más de confianza lo que queda de curso. Al menos sobre el papel; luego solo hay una manera de recomponer el ambiente: ganar.


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