.

KO técnico en el Mapei. La ACF Fiorentina no existe: entre palabrería y broncas, así la salvación es una utopía

de Niccolò Righi

La ACF Fiorentina no existe. Ahora mismo es un no equipo. Como un barco a la deriva con el destino escrito. Ayer por la tarde, la del Mapei contra el US Sassuolo debía ser el partido de la resurrección, del reencuentro con la solidez, y en cambio los tantos de Volpato, Muharemovic y Koné se dieron un festín ante un equipo que, deportivamente hablando, no da señal de vida.

Vanoli, como un déjà vu
Dos empates consecutivos en las dos primeras jornadas de liga y luego dos derrotas. El arranque de campeonato al mando de los viola de Paolo Vanoli parece la fotocopia del de Stefano Pioli. Es más, el técnico piamontés sale peor parado, porque Pioli había ganado en la Conference League. El efecto del cambio en el banquillo visto ante el Genoa CFC y las motivaciones intrínsecas del duelo contra la Juventus FC habían dado la ilusión de que en la ACF Fiorentina empezaba a verse una luz al final del túnel. Después llegaron un croché del AEK Atenas, un gancho de la Atalanta BC y, ayer, un directo del US Sassuolo, en plena cara: KO técnico.

Un espectáculo indecoroso
Tras los llamamientos de Dzeko, los aficionados viola respondieron y ayer se presentaron unos 3.500 en el Mapei Stadium, pero en vez de una superproducción se encontraron con una película de serie B con actores sacados de la calle. Lo que terminó de encender a la grada fueron unas escenitas que chocan de lleno con el clima de unión y cohesión que la dirección viola lleva vendiendo a bombo y platillo desde hace semanas: primero, Kean discute con Mandragora para tirar el penalti. Luego Ranieri sale, no le da la mano a Vanoli y suelta una patada al banquillo. En definitiva, el 'hacéis reír' final que la Curva dedica a los jugadores es el digno colofón a un 'espectáculo' que de risa tiene más bien poco.

Hacen falta cambios
Tras la confianza reiterada por Goretti en rueda de prensa ('El míster está confirmado'), ahora le tocará a él intentar ajustar algo. El primer paso puede ser recuperar a Gosens y plantarse con una defensa de cuatro, intentar surtir más y mejor a Kean y no tener miedo de tomar decisiones fuertes e impopulares. Este equipo parece la copia del de Pioli, quizá incluso más feo, desde luego más asustado, que se evapora en cuanto se tuerce el plan de partido. Ahora se acabaron las excusas: se cambió al técnico, la afición respondió. Ahora les toca a los futbolistas; de lo contrario, será Serie B seguro.


Otras noticias