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Ciccio Graziani cumple 73 años: "Agroppi, un hermano mayor. Gattuso me gusta"

de Ivan Cardia

"Me gusta esta Italia. Creo que Gattuso ha recuperado el sentido de pertenencia; me da la impresión de que es un hermano mayor para los jugadores. Tiene coraje, carácter y personalidad. Y se lo transmite a sus chicos". Francesco "Ciccio" Graziani habla así del nuevo ciclo de la Azzurra. El ex delantero cumple hoy 73 años y ha sido entrevistado por Vivo Azzurro TV, canal oficial de la FIGC: "Nos estamos revalorizando mucho. Tenemos a Kean y Retegui, que lo han hecho de maravilla, y a Pio Esposito, que está irrumpiendo y tiene un entusiasmo enorme. Debe aprender fijándose en Lautaro y Thuram; estar con delanteros de ese calibre le puede venir muy bien. Y luego está Scamacca: de los atacantes que tenemos, es el que más me gusta".

A lo largo de la entrevista, Graziani repasó su vida y su carrera: "Era un niño que soñaba con hacer algo importante en la vida; empecé con la idea de ser piloto de aviones, pero el sueño de verdad era ser futbolista. Cuando llegaban los centros de Bruno Conti, Claudio Sala y Causio, tenía que saltar lo más alto posible para marcar. Cuando haces ese gesto técnico es un poco como volar".

Graziani contó su infancia: "Mi madre limpiaba en una consulta médica y mi padre era albañil. Salía de casa a las seis de la mañana y no volvía hasta las ocho de la tarde. Como era muy aprensivo, mi padre nunca me vio jugar al fútbol: tenía miedo de que me lesionara. Una vez estaba jugando a las cartas en el bar con los amigos y le dijeron que había marcado; entonces invitó a todos a una ronda. Luego, al llegar a casa, descubrió que no era cierto". A los dieciséis años llegó el traslado a Roma: "Me fui a Roma, al barrio de Cinecittà, para jugar con el Bettini Quadraro. Después me fui al Arezzo y desde ahí despegó mi carrera, hasta llevarme adonde acabé llegando". En noviembre de 1973 llegó el debut en la Serie A: "El Torino FC fue el club ideal, encontré un grupo de compañeros maravilloso. ¿Agroppi? Fue un hermano mayor para mí. En Arezzo ganaba 250.000 liras al mes; en el Torino me daban un millón. Era muchísimo dinero. Un día pasé por delante de un concesionario y vi un Porsche: costaba cinco millones. Me lo compré. Cuando lo vio, Agroppi me dijo que aún no había debutado en la Serie A y que no podía ir por ahí con un coche así. Me acompañó a devolverlo al concesionario y me hizo llevarme un Cinquecento".

Histórica, con la elástica granata, la dupla que formó con Paolo Pulici, los gemelos del gol: "En ocho temporadas hicimos 200 goles. Nos bastaba con una mirada; no hablábamos nunca en el campo. Creo que no ha habido una pareja tan prolífica en el fútbol italiano". Luego, la ACF Fiorentina ("Una experiencia breve pero muy bonita; me acogieron bien y tuve un entrenador extraordinario como Giancarlo De Sisti"), para cerrar con la AS Roma y aquellos errores desde el punto de penalti en la final de la Copa de Europa: "El pesar que tengo es que con aquel equipo deberíamos haber ganado mucho más. Solo ganamos dos Copas de Italia, quedamos segundos dos veces en la Serie A y perdimos una final de la Copa de Europa en los penaltis, precisamente en Roma, donde Conti y yo fuimos protagonistas negativos de aquella noche".


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