Bolonia, en sequía de victorias: cansancio, bajas y un calendario infernal
Desde el 22 de noviembre hasta hoy, el Bolonia no ha vuelto a saborear la victoria en Liga (0-3 en el Bluenergy Stadium de Udine: por el camino llegaron los triunfos ante el Parma en la Copa de Italia, frente al Red Bull Salzburgo y el Celta de Vigo en la Europa League y, en los penaltis, contra el Inter FC en la Supercopa de Italia). Una sequía que no nace de la nada, sino que hunde sus raíces en un tramo agotador, con citas encadenadas, energías dosificadas y bajas de peso que han terminado por afectar al rendimiento del equipo de Vincenzo Italiano.
Los rossoblú acusan, ante todo, el cansancio. Jugar cada 72 horas, entre Liga, copas y viajes, ha pasado una factura alta, sobre todo a una plantilla que, por intensidad y propuesta, vive del ritmo alto, la presión y los duelos constantes. Cuando las piernas no responden, el fútbol agresivo del Bolonia pierde metros y un punto de lucidez en los momentos clave de los partidos.
Para complicar aún más el panorama, han llegado las lesiones y las ausencias de jugadores clave (Skorupski y Freuler, especialmente). Entre parones obligados y estados de forma lejos del óptimo, Italiano ha tenido que barajar de nuevo a menudo, renunciando a certezas técnicas y jerarquías consolidadas. La continuidad, en esta fase, ha sido un lujo que el Bolonia no se ha podido permitir, ni atrás ni en las líneas más adelantadas.
El resultado es un equipo que compite, genera, pero al que le cuesta convertir y llevarse los tres puntos. Un Bolonia menos brillante, sí, pero nada rendido, que sigue metido en los partidos incluso cuando la chispa no es la de sus mejores días.
Por si fuera poco, en el horizonte asoma un enero de máxima intensidad. El año nuevo se abrirá con un tridente de alto voltaje: Inter FC, Atalanta y Como. Tres duelos con un coeficiente de dificultad altísimo: el Inter FC por su peso específico y calidad absoluta, el Atalanta por su intensidad y su capacidad para llevar los partidos al plano físico, y el Como por la trampa de un rival hambriento y bien organizado.
Será un mes que dirá mucho sobre las ambiciones reales del Bolonia y su capacidad para reaccionar ante las dificultades. Recuperar efectivos, recargar energías mentales y físicas y apretar los dientes: por ahí pasa el relanzamiento rossoblú. Porque el momento es complejo, pero la temporada aún es larga y los rossoblú ya han demostrado que saben responder cuando se les pone a prueba.