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De la cárcel al césped... con tobillera electrónica. Yuri se juega el ascenso a la B brasileña

de Michele Pavese

Yuri de Carvalho da Silva, delantero de Goytacaz, está listo para jugarse la posibilidad de proclamarse campeón de la Serie B2 del Campeonato Carioca pese a un pasado controvertido. Detenido en 2018 por tráfico de drogas, Yuri cumplió siete años en el Centro de Detención Dalton Crespo de Castro, hasta que en mayo de 2025 obtuvo un régimen penitenciario menos restrictivo que le permite entrenar y disputar los partidos, bajo el control permanente de una tobillera electrónica.

El pasado domingo, en la ida de la final contra Macaé, el ariete entró desde el banquillo a 25 minutos del final de la segunda parte, con la tobillera visible en la pierna izquierda, discretamente cubierta. Yuri aún no se ha estrenado esta temporada, pero su presencia sobre el césped es mucho más que una cifra: simboliza reinserción y segundas oportunidades a través del fútbol.

El club no ha emitido comunicados oficiales al respecto, mientras que la Federación de Fútbol del Estado de Río de Janeiro (FERJ) subrayó que el fútbol también debe cumplir una función social, promoviendo inclusión y rehabilitación. La Federación, además, anunció que verificará posibles restricciones legales a la participación de atletas con dispositivos de control judicial, para evitar interpretaciones erróneas de la ley. La vuelta de la final se jugará el domingo 7 de diciembre y Yuri volverá a estar a disposición del Goytacaz. Más allá del marcador, su presencia sobre el verde cuenta una historia de redención y demuestra que el deporte puede ofrecer una salida incluso a quienes han atravesado momentos muy duros.


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