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Dani Alves, discípulo de Cristo en Girona: la nueva vida del ex lateral tras la cárcel

de Michele Pavese

Dani Alves vive hoy una etapa completamente distinta a la que le convirtió en protagonista sobre los campos de fútbol de todo el mundo. A sus 42 años, tras pasar catorce meses en prisión por una acusación de agresión sexual, el ex lateral del FC Barcelona y de la selección brasileña ha encontrado en la fe un nuevo sentido a su vida. "Discípulo de Cristo Jesús", como se define ahora en las redes sociales, Alves se mostró públicamente en Girona durante un congreso evangélico, donde relató su renacer espiritual. "Mi vida es un milagro de Dios. Hay que tener fe, hermanos. Yo soy la prueba: lo que Dios promete, Dios lo cumple", afirmó con evidente emoción.

El ex futbolista, absuelto por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por las incongruencias en las pruebas en su contra, recordó el momento en que se acercó a la fe: "En mitad de la tormenta apareció un mensajero de Dios. Me llevó a la iglesia, me enseñó el camino y hoy estoy aquí gracias a él". Durante su estancia en prisión, Alves asegura que hizo un voto espiritual: "Le pedí a Dios que protegiera mi casa y a las personas que no me iban a abandonar. Le prometí servirle".

Desde que recuperó la libertad, el ex campeón ha dejado el fútbol y la vida de lujo para compartir mensajes de fe y pasajes bíblicos. Reconciliado con su esposa Joana Sanz, con la que ha tenido una hija mediante fecundación in vitro, Alves persigue ahora otra victoria: la paz del espíritu.


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